Las cosas de todos los días generan un universo alrededor y nosotros lo desarmamos en una tormenta de ideas.
Por Cecilia Acuña
LA CREATIVIDAD ARMADA: Como casi todas las invenciones revolucionarias del mundo, los anteojos Ray Ban fueron pensados, en primer lugar, para uso militar. El ejército norteamericano contactó a Bausch & Lomb para la creación de unas gafas que protegieran del sol los ojos de los pilotos.
EL PRINCIPIO DEL ÉXITO. La primera patente se registró en 1937 con el nombre de «Anti-Glare» (antideslumbramiento): un dispositivo de estructura dorada, con dos lentes verdes de cristal mineral que filtraban los rayos infrarrojos y ultravioletas. Ray Ban, de hecho, significa lo mismo que anti-glare o barrera de rayos, pero dicho de una manera mucho más atractiva.
EL EJÉRCITO FASHION. La guerra y la fama de los pilotos, especialmente la icónica imagen del general Douglas MacArthur llegando a tierras filipinas con los anteojos puestos, fueron la mejor promoción para convertirlos en objetos comerciales.
EL CONCEPTO COOL. Con los Ray Ban Aviator de moda y la década dorada de la posguerra, en 1952 la marca introduce en el mercado los Wayfarer, un modelo que no solo cambiaría la manera de ver el mundo, sino también la mirada del mundo sobre uno. Desde aquel momento, la protección del sol quedó al margen y la razón de los Ray Ban se convirtió en la proyección de estilo en cada uno de sus usuarios.
LA RAZÓN DEL PRECIO. Desde 1999, Ray Ban pertenece a Luxottica, una de las empresas ópticas más grandes del mundo. Fabricados en Italia, cada par de lentes de la marca lleva tres días de producción.
EL FACTOR HOLLYWOOD. El gran hit de Wayfarer llegó de la mano de James Dean cuando usó las gafas para su personaje en Rebelde sin causa. En 1961, Audrey Hepburn terminó de consolidar el modelo como un accesorio de moda infalible gracias a la encantadora Holly Golightly de la película Desayuno en Tiffany’s. Andy Warhol también contribuyó a convertir las gafas en íconos de estilo.
EL PERIODISMO GONZO. Antes que los Transitions, en los años 70, Ray Ban lanzó las Ambermatic con lentes que cambiaban de color para ajustarse a las condiciones de luz, pensadas para usarse puertas adentro de las boîtes que eran furor. Cuentan que el periodista y escritor Hunter Thompson era un gran fan de este modelo. Unos cuantos años más tarde, en 1998, Johnny Depp inmortalizó los cristales color ámbar en la película Pánico y locura en Las Vegas donde interpreta a Thompson.
LA MIRADA ÁMBAR. La marca desarrolló una app que permite filtrar las fotos como si se vieran a través de los lentes de un par de Ambermatic.
LOS GREATEST HITS. Si bien las Aviator y las Wayfarer son el caballito de batalla de la marca, Ray Ban introdujo otros looks también célebres en su historia como las Caravan, las Olympian, las Balorama, las Clubmaster y las Predator.
LOS DATOS. Los modelos RB3025 Large Metal y RB3026 Large Metal II de las Aviator y el RB 2140 de las Wayfarer son los primeros que hay que tener para comenzar una colección personal.
LOS ÍCONOS. El vínculo con el cine es una de las claves que explica la expansión del imperio Ray Ban. En 1976, Robert De Niro revitalizó el modelo Caravan gracias a Taxi Driver. Las Olympian se convirtieron en furor cuando Peter Fonda las usó en Easy Rider (1969). Clint Eastwood puso de moda las Balorama en Harry, el sucio (1971). Las Clubmaster pasaron a la historia con Tim Roth en Perros de la calle (1992). Will Smith y Tommy Lee Jones inmortalizaron las Predator con el estreno de Hombres de negro (1997).
EL FAVOR. Durante los años 80, Tom Cruise consiguió aumentar la rentabilidad de la empresa cerca de un 50%. Y lo hizo dos veces. Primero con los Wayfarer, que lo caracterizaron en Risky Business (1983) y después con las escenas aéreas de Top Gun (1986), donde Maverick, el personaje de Cruise, libraba su épica con las Aviator espejadas puestas.
LA CLAVE MUSICAL. Bob Dylan casi nunca se quitaba sus Wayfarer y Michael Jackson terminó de consolidar su estilo único en 1984, cuando usó las Aviator en la ceremonia de los premios Grammy. Luego, inmortalizaría las gafas durante la gira del disco Bad.
EL FACTOR RICOTERO. «Empañando Ray Bans, mascando un hueso», canta el Indio Solari en la épica «Vencedores vencidos».
EL SALMÓN. Emulando a Bob Dylan, las gafas se volvieron imprescindibles en el look de Andrés Calamaro, que lució unas en la portada de BRANDO.
LA VANGUARDIA. Ray Ban fue una de las primeras empresas en darle a internet una experiencia personalizada para el cliente. En 1998, presentó el sistema Virtual Mirror que permitía probar los más de sesenta modelos de la colección. Hoy, la aplicación continúa vigente con el valor agregado de la tienda online que, a su vez, ofrece la posibilidad de diseñar unas gafas a medida.
LO QUE NO FUE. Efímero pero curioso fue el Ray Ban Visionary Award, un reconocimiento de la marca a los más creativos, líderes y visionarios del universo cinematográfico. La conmemoración duró siete años -entre 2003 y 2009- y premió a Kevin Bacon, Matt Dillon y Quentin Tarantino.
EL FUTURO. Desde 2014, Luxottica y Google vienen trabajando en el diseño de los Google Glasses. Dos modelos, uno de Ray Ban y otro de Oakley serían los primeros en lanzarse al mercado.
LA VIDA COLOR RAY BAN. Reflections es la última app desarrollada por Ray Ban que ofrece un uso creativo de las selfies. Con dos cámaras activadas de manera simultánea, permite tomar tanto la selfie en sí como el paisaje que uno está viendo, y así superponer ambas imágenes mediante una edición con filtros especiales.
Fuente: conexionbrando.com